La motosierra llegó a la energía atómica nacional.
Tenemos a la gallina de los huevos atómicos y el gobierno quiere hacerla puchero.
A los recortes en ciencia y tecnología, se le suman desiciones que atentan contra el desarrollo de la energía atómica argentina.
Mirá de lo que estamos hablando:
Falta de inversión: cayó más de un 35% el presupuesto destinado a la Comisión Nacional de Energía Atómica. Encandilados por el petróleo, no están teniendo en cuenta la importancia de la energía nuclear en la transición energética.
Proyecto emblemático en duda: el gobierno decidió desfinanciar el CAREM, un reactor nuclear modular que ofrece soluciones energéticas para pequeñas comunidades. Es un producto de exportación, que muy pocos países tienen y que está en su fase final. La Comisión Nacional de Energía Atómica viene trabajando en este proyecto desde la década del 80. Imaginen la cantidad de recursos, económicos y humanos, que se utilizaron durante estos años. El motivo de la desfinanciación es tan recurrente cómo insólito: prefieren comprar hecho antes que favorecer un producto nacional, hecho con talento argentino y profesionales formados en las universidades públicas